La Bodega
Ayles
El Pago de Aylés va ligado de manera indisoluble a la familia Ramon. Sus tres hermanos de la mano de Jorge Navascués como enólogo, llevan décadas elaborando grandes vinos en los alrededores de un paraje natural escondido a pocos kilómetros de Zaragoza. El primer y único Vino de Pago de Aragón.
Nota de cata
Vista
Cava de color amarillo pálido con tonalidades verdosas, brillante, de burbuja fina y espuma persistente.
Nariz
En la nariz despliega aromas intensos de pera y manzana con notas de lima y flores blancas.
Boca
En la boca resulta fresco, con una acidez muy bien integrada dejando un postgusto floral, largo y elegante
Vista
Cava de color amarillo pálido con tonalidades verdosas, brillante, de burbuja fina y espuma persistente.Nariz
En la nariz despliega aromas intensos de pera y manzana con notas de lima y flores blancas.Boca
En la boca resulta fresco, con una acidez muy bien integrada dejando un postgusto floral, largo y eleganteInformación Técnica
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CrianzaReserva
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Denominación de OrigenCava
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UvaChardonnay, Macabeo
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Elaboración EspecialVegano, Ecológico
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PaisEspaña
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ZonasAragón
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AzucarBrut
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Temperatura de servicioSe recomienda servir a 6ºC
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Tipo de VinoEspumoso
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OperadorBodegas Ayles
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DireccionCarretera A-1101 km 24, 50152 Mezalocha
Descripción de Cava Serendipia Brut Reserva Eco
DEFINICION DE SERENDIPIA
“Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual, fruto de la tenacidad”
INSPIRADA EN LA LEYENDA DE LOS TRES PRINCIPES DEL SERENDIP
Hace mucho tiempo, vivió en Serendip, en el Lejano Oriente, un poderoso rey llamado Giaffar. Tenía tres hijos a los que amaba profundamente.
El rey les dio la más delicada educación. Fueron adornados con la sabiduría y la maestría en las artes y alcanzaron el dominio de todas las ciencias.
Aun así, su padre pensó que la sabiduría de los príncipes no estaría completa hasta que no caminaran por el mundo y conocieran a sus gentes, así que les hizo emprender un viaje.
En su camino se toparon con las huellas de un camello, a la vista de las cuales supieron deducir que el animal estaba cojo, ciego de un ojo, le faltaba un diente, llevaba a cuestas una mujer embarazada y, además, acarreaba miel en un lado y mantequilla en el otro. Poco después, un mercader que había perdido el camello, les preguntó por él, y ante la respuesta tan meticulosa de los tres príncipes, los acusó de habérselo robado.
Los príncipes fueron llevados a presencia del emperador Beramo. Este les preguntó cómo pudieron saber con exactitud tantas cosas sobre el camello sin haberlo visto nunca y ellos le refirieron sus deducciones: El camello había comido hierba del lado del camino en que esta era menos verde, así que debía haber sido ciego de un ojo.
Había a lo largo del recorrido montoncitos de hierba masticada, del tamaño del diente de un camello, que debieron caer por el hueco del diente que le faltaba a éste. Las huellas mostraban que arrastraba una pata, así que debía de ser cojo.
Había hormigas en un lado del camino, atraídas por la mantequilla derretida, y moscas en el otro, comiendo la miel derramada. Junto a las huellas del lugar en que el camello se había arrodillado, estaban las de unos pies y, junto a ellos, orina de una mujer.
Había también huellas de manos, por lo que supusieron que la mujer estaba embarazada y tuvo que apoyarse en sus manos al orinar. El juicio se vio interrumpido por el anuncio de que el camello había sido encontrado.
El emperador Beramo, encantado por la sabiduría de los tres hermanos, los despidió colmándolos de regalos y ellos siguieron sus aventuras.
Este es el episodio más conocido del antiguo cuento persa llamado Los tres príncipes de Serendip. Serendip es el nombre persa de Sri-Lanka, y el cuento es el origen de la palabra serendipity, traducida como ‘serendipia’, que es una forma en la que los ingleses tienen de referirse a eso que llamamos casualidades.