A principios de la década de los 80, Maria Rigol Ordi, que echaba de menos los cavas de la familia que la habían acompañado a lo largo de toda su vida, decide empezar a elaborar sus propios cavas. Junto con su hijo, Francesc Manobens Rigol, inician una discreta producción en la bodega de su casa, en el corazón del pueblo de Sant Sadurní d’Anoia. Maria Rigol ha estado estrechamente vinculada al mundo del cava desde su infancia: su abuelo, Modest Rigol Tubella, que se dedicaba a la comercialización de vinos, ya se introdujo en el año 1897 en el mundo de la elaboración de lo que en aquella época se conocía como “champán”.
Por eso, las cavas expresan el deseo de preservar una herencia familiar y la voluntad de elaborar un producto de calidad recuperando los coupages tradicionales de las variedades del Penedés y apostando por las largas crianzas.
Bodegas Rigol apuesta por elaborar los cavas únicamente con vinos flor —el mosto de la primera prensada— que son excelentes para obtener cavas con largas crianzas. Se Coopera en cada etapa del ciclo de la viña y se controla con rigor el proceso de transformación de la uva en vino base conscientes que, solo de ese modo, se puede garantizar el compromiso de calidad que se desea conseguir.