La bodega, sigue los fundamentos de su creador como el trabajo tradicional; la poca influencia en la viña, entendiendo el terreno, cada clima, y respetando los tiempos de maduración de cada variedad; la búsqueda de vinos perdurables en el tiempo, bebibles desde un primer momento y a los 20 años en botella, y la predilección por uvas autóctonas y en extinción.
Con la palabra latina ultreia se saludaban los peregrinos del Camino de Santiago, una palabra que significa adelante, y así bautizó Raúl Pérez a una de sus colecciones vinícolas más conocidas y apreciadas. Ultreia se centra en el Bierzo con una sorprendente excepción: también hallamos un vino de la colección en la región lusa del Douro.