Nacido de siglos de antiguo oficio mezcalero e iluminado por la búsqueda metódica de la verdadera perfección.
Meticulosamente elaborado, producido artesanalmente y sorprendentemente equilibrado, Montelobos es una experiencia en sí misma.
La mayor parte del mezcal se sigue produciendo de la misma manera que en los últimos 500 años. Se destila a partir del maguey, una especie de planta de agave que se presenta en muchas variedades diferentes. Para hacer un mezcal adecuado, primero hay que cosechar las piñas de agave y luego asarlas durante días en un pozo de fuego especial. Es de aquí de donde el mezcal toma su distintivo sabor ahumado. Las piñas se suelen moler con una tahona tirada por un caballo o una mula y el mosto, o tepache, se deja fermentar en cubas de piedra, cuero o madera. Una vez fermentado, el líquido se destila en alambiques de cobre o arcilla y el mezcal está completo.
El tequila se elabora únicamente con el agave azul y se produce en volúmenes mucho mayores de forma más moderna y mecanizada. Para la mayoría de los tequilas, las autoclaves y los hornos de ladrillo donde se cuecen los corazones de agave funcionan con vapor a presión producido en calderas de gasolina. A diferencia del mezcal artesanal, no hay ningún pozo de fuego. Las fibras del agave cocido al vapor se separan al principio de los jugos, lo que produce un sabor muy diferente.