La bodega está enclavada en un pequeño pueblo de montaña alicantino llamado Parcent, un lugar marcado por la tradición y la artesanía y cuna de los primeros vinos Gutiérrez de la Vega.
La evolución desde aquel inicio hasta ahora es visible, la renovación e innovación es claramente perceptible no sólo en los vinos, sino también en la estética arquitéctonica, el diseño de etiquetas y de las mismas botellas ,aunque siempre manteniendo la solera y la auténticidad del principio
Todo está cuidado al detalle, el conjunto de barricas está proyectado en una gruta escavada bajo tierra con paredes de piedra viva que le dan la humedad y temperatura precisas para el estado óptimo del vino.
Además los vinos de la Bodega descansan en un lecho de maderas de distintos tipos de roble, francés, americano, caucásico o húngaro, armonizados a menudo por un conjunto de notas musicales de grandes autores muy variados y valorados.