Todo empieza en 1970, cuando Amalio Aragón levanta los cimientos de lo que es hoy nuestra bodega y comienza a comprar pequeñas parcelas de alta calidad, con el propósito de cumplir su sueño: convertirse en viticultor.
En 1994 funda la bodega Cillar de Silos junto a sus hijos y un año más tarde tiene lugar nuestra primera cosecha.
Cillar de Silos es un homenaje al monje que se encargaba históricamente de la intendencia en el Monasterio de Silos, conocido como Cillero, cuya labor consistía en organizar la despensa o cillería, con el vino y los alimentos necesarios para el día a día de los religiosos.
Según la tradición, el aprovisionamiento de vino para el Monasterio de Silos durante el siglo XVI se hacía en Quintana del Pidio.
Como testimonio de este hecho histórico que acredita el linaje vitivinícola del pueblo, la familia Aragón García opta por el sonoro nombre de Cillar de Silos para designar sus vinos y bodega. Como testigo de la historia, además, Cillar de Silos cuenta con una bodega subterránea que data de finales del S. XVI.
Las condiciones naturales de humedad y temperatura (entre 11, 5º y 12º C) son constantes durante todo el año y las idóneas para que los vinos finalicen el proceso de envejecimiento en botella.