Vinos de máxima categoría desde 1055
Con una historia que se remonta al 1055 y situada en el noroeste de España, entre La Rioja y Burdeos, se encuentra la impresionante bodega de Arínzano, un espacio protegido que constituye un rico hábitat natural. La entrada a la bodega, diseñada por el famoso arquitecto español Rafael Moneo, sirve de inspiración para una nueva identidad de marca de la finca Arínzano.
La finca de Arínzano tiene un microclima singular perfectamente adecuado para la producción de vinos de la máxima calidad. Cada variedad de uva es plantada cuidadosamente en las parcelas idóneas para su cultivo. De las 355 hectáreas de la bodega, 128 están dedicadas al cultivo de viñedos de Pago.
Las 128 hectáreas de viñedos de Arínzano, en los que predomina el Tempranillo y el Chardonnay se localizan en un área de geología compleja, mostrando cada parcela unas características diferenciales.