La bodega que mira al mar
Situada sobre un manto vegetal hecho de sus propias viñas que se precipitan al fresco y salvaje mar Cantábrico.
El paisaje nos ofrece unas espectaculares vistas panorámicas de la Costa Vasca.
Desde 1820 lleva elaborando y produciendo txakoli la familia Ameztoi.
Barricas viejas, olor a madera, ruido de botellas y risas.
Así era el viejo Ameztoi y solía congregar a muchísima gente.
De hecho, a la familia Ameztoi se le conoce desde antaño por el sobrenombre de "Kirkilla" (grillo) símbolo de alegria, felicidad y orgullo.
Con el tiempo han ido creciendo y mejorando su producto hasta conseguir su propia expresión, un txakoli auténtico para el deleite de los más exigentes paladares.
Manteniendo siempre las variedades autóctonas Hondarrabi Zuri y Hondarrabi Beltza como base de la elaboración de sus productos.
Ameztoi son cinco generaciones con la tradición familiar en la elaboración de txakolí.